El antiguo camino de la Via Amerina es uno de los lugares históricos más emblemáticos de la zona norte del Lacio.
A lo largo de su recorrido, de Amelia a Roma, discurre junto a la mayoría de los pueblos singulares, así como junto al verde prístino de los bosques, que esconden necrópolis y ruinas misteriosas.
Las características únicas de esta antigua calzada, que avanza entre puentes romanos, cortados acantilados y maravillas naturalistas, la convierten en una de las primeras arquitecturas importantes del expansionismo romano.
Hoy en día es una de las carreteras mejor conservadas del sur de Etruria. Es una pequeña joya virgen para los senderistas que buscan rutas cerca de Roma, la Ciudad Eterna.
La Vía Amerina se construyó en el siglo IV a.C., durante el expansionismo romano. La calzada, que llega hasta Amelia, se completa tras la destrucción de la capital falisca Falerii Veteres, en el 241 a.C.
Los romanos construyeron esta calzada separada de los principales asentamientos faliscos, para excluirlos y evitar nuevas revueltas. En la misma época, construyen la ciudad de Falerii Novi, a la que se trasladan los faliscos. Aquí te hablamos de la Necrópolis de Cavo degli Zucchi, la mayor necrópolis falisca existente. Un lugar evocador, lleno de encanto y misterio.
Como descubrirá abriendo las páginas de cada etapa, la Vía Amerina es un cofre lleno de tesoros arqueológicos de valor incalculable.
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