Enclavada entre los pintorescos paisajes del norte de Italia, la zona del lago de Iseo es una auténtica joya que invita a los viajeros a dejarse seducir por su fascinante encanto. Imagínate un lugar en el que las aguas cristalinas rozan suavemente las costas de guijarros y en el que verdes colinas adornadas con viñedos y olivares enmarcan el horizonte. Así es el lago de Iseo, un remanso de tranquilidad y belleza natural que cautiva los sentidos y atrapa el corazón de todos los que se aventuran por aquí.
Monte Isola, la mayor isla habitada de los lagos europeos: barcas de colores, calles estrechas y escalinatas empinadas, pueblos de piedra, pequeñas tiendas y aromas lacustres. Pero también paseos entre olivos y bosques, hasta llegar al Santuario de la Madonna della Ceriola, desde donde es imprescindible una panorámica.
Pasea por la "Via Valeriana", este camino medieval de peregrinos y mercaderes recorre la orilla oriental del lago. Olivares, prados, bosques, iglesias y pueblecitos: nada falta en este itinerario natural donde la vista del lago es incomparable.
Una reserva natural para admirar, pero también para vivir a través del itinerario que se despliega en su interior. Hablamos de las Pirámides de Zone, el fenómeno geológico que permitió la formación de agujas de tierra protegidas por grandes peñascos.