Pueblos suspendidos entre el bosque y el cielo, custodiados por las montañas; bosques de encinas y pinos, manantiales de agua cristalina y cuevas naturales que el agua esculpió en la roca kárstica; pequeños hoteles con encanto y anfitriones tan acogedores como la cocina local, sabrosa y rústica, comida típica de montaña. Si está leyendo estas palabras y piensa que esto es todo lo que su corazón puede desear, Val Maira debe estar cantando su nombre en su dialecto occitano.
Situada en los Alpes del Sur, cerca de la frontera con Francia, Val Maira se está haciendo popular entre los excursionistas como paraíso del senderismo. No encontrará senderos abarrotados, pistas de esquí abarrotadas ni turismo de masas, sino hermosas aldeas y una naturaleza tan indómita que aún está poblada de muchos animales y -según cuenta la leyenda- curiosos pero benévolos gnomos.
La influencia francesa -el país con el que los lugareños solían estar más en contacto, ya que era más fácil llegar a él que a Italia- es viva y bien perceptible en su comida, su lengua y su cultura. La cultura occitana hace aún más peculiar este encantador territorio.