Ambos recorridos largos, ambos caminos de peregrinación que conducen a lugares de culto, ambos ofrecen la alternativa de dormir en hoteles, B&Bs o sencillos albergues y parroquias, ambos recompensan al viajero con un certificado final de finalización de la peregrinación y una credencial en la que recoger sellos de los pueblos a lo largo del camino: la Vía Francígena y el Camino de Santiago sin duda tienen mucho en común, pero ¿existe alguna diferencia entre estos dos queridos Caminos?
Puede que hayas oído hablar de ambos y estés dudando sobre cuál elegir para tu primer largo recorrido; tal vez hayas caminado por el Camino de Santiago y te preguntes si la Vía Francígena ofrecería la misma experiencia o algo diferente de lo que viviste en el Camino.
Para ayudarte con tu decisión final, hemos enumerado las principales diferencias entre la Vía Francígena y el Camino de Santiago, abordando temas esenciales como la comida y el alojamiento, el apoyo local y la planificación del presupuesto. Ten en cuenta que nos referiremos principalmente a la sección italiana de la Vía Francígena.
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Si lo que más te interesa es el (no tan simple) acto de caminar, un cambio de paisaje puede no ser una prioridad. Dicho esto, la sección italiana de la Via Francigena ofrece un escenario siempre cambiante, que va desde los Alpes italianos hasta las "tagliate", típicos caminos etruscos en el Lacio, pasando por los campos de arroz y las llanuras de Lombardía, las colinas lunares de Val d’Orcia, los pequeños pueblos en la cima de colinas y las impresionantes y conocidas ciudades de arte. El paisaje cambia considerablemente en el transcurso de una sola semana, con picos diarios de belleza asombrosa.
El paisaje del Camino tiende a ser un poco más homogéneo, especialmente en algunas secciones específicas como las Mesetas.
Ambos países cuentan con una gran cantidad de puntos de interés cultural y artístico a lo largo del recorrido, así como con tramos en los que no hay mucho que ver, visitar o explorar. La Via Francigena presume de una vasta gama de influencias culturales en sus 1000 kilómetros de la sección italiana; basta pensar que el itinerario oficial pasa por Aosta, Pavía, Lucca, San Gimignano, Siena, Viterbo y Roma, solo por mencionar algunas etapas.
Lo mismo ocurre con la comida: la cocina italiana es tan variada que casi todos los días trae nuevas especialidades locales que probar. Potencialmente, se puede degustar algo diferente en cada comida, un viaje dentro del viaje entre la inmensa variedad de sabores italianos. La comida española también es realmente sabrosa, aunque quizás menos variada.
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La popularidad del Camino de Santiago es tal que cada etapa es recorrida por MUCHAS personas: en algunas secciones, especialmente en las etapas finales del Camino Francés, puede ser difícil encontrar la tranquilidad y el espacio que tal vez sueñes para tu tan esperado peregrinaje. La Via Francigena está ganando popularidad, pero la cantidad de personas que la recorren sigue siendo considerablemente menor: es posible que te encuentres caminando durante una etapa completa sin encontrar a nadie en tu camino.
Todo depende de lo que esperes de tu viaje: si buscas un sentido de comunidad y quizás hacer nuevos amigos en el camino, entonces deberías dirigirte a Santiago o elegir un tour en grupo por la Via Francigena. Si prefieres centrarte en tus pensamientos y esperas meditar y reflexionar, ¡entonces la Via Francigena podría ser la mejor opción!
El tipo y la disponibilidad de alojamiento varían considerablemente: aunque ambos Caminos ofrecen albergues para peregrinos y alojamiento turístico, no cabe duda de que Santiago es más atractivo para los viajeros espontáneos.
Los albergues de la Via Francigena son menos frecuentes y pueden hospedar a un número reducido de personas; a menudo hay varios kilómetros entre un albergue y el siguiente, generalmente una etapa completa, de 25 o 30 kilómetros, con más opciones en las secciones más populares de la ruta, como la Toscana.
Durante la temporada alta, incluso los albergues deben ser reservados, a veces con bastante antelación, para garantizar un lugar. Suelen estar menos organizados que los hospitales de Santiago: por ejemplo, no siempre ofrecen el servicio de traslado de equipaje, que debe ser gestionado y pagado con antelación.
El alojamiento turístico está disponible, pero debe ser reservado.
Los caminantes que han recorrido primero el Camino de Santiago y luego la Via Francigena a menudo se quejan de los precios italianos: el alojamiento para peregrinos a lo largo del Camino de Santiago es notablemente más barato (5/6 euros), mientras que en Italia rara vez encontrarás una cama por menos de 10 euros.
Las leyes son diferentes, al igual que el número de huéspedes que los albergues pueden recibir por noche. Sin embargo, hay que estar preparado para gastar más en el Camino italiano.
Incluso el alojamiento turístico tiende a ser más caro en Italia.
La comida también es más barata en España, principalmente debido a la popularidad de los Menús del Peregrino, económicos y abundantes (aunque no muy variados). ¡De nuevo, todo depende de tus prioridades!
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Ambos Caminos están bien señalizados, con aplicaciones, mapas y tracks GPS disponibles para cada etapa. La señalización del Camino de Santiago se revisa con más regularidad y, a veces, es más fácil de ver (¡la famosa flecha amarilla destaca en todas las superficies!). En cambio, la señalización de la Via Francigena puede ser menos frecuente en ciertas secciones del recorrido, pero los adhesivos rojos y blancos son una referencia confiable a lo largo del camino.
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