San Francisco recorrió los Apeninos durante la oscura Edad Media, buscando signos de Dios en la naturaleza y difundiendo el mensaje de paz, humildad y fraternidad.
Al partir de Florencia, una de las ciudades más bellas de Italia, te sumerges de inmediato en un paisaje rural que cambia de color cada día, ofreciéndote nuevos motivos de encanto, sorprendiéndote y acariciando tus sentidos. El primer tramo del Camino de San Francisco es un cautivador preludio de todo el viaje.
El Parque Nacional Foreste Casentinesi, un lugar mágico lleno de energía, que alberga la Ermita de Camaldoli; el centro medieval del pueblo de Stia, los bosques del Casentino, las inolvidables vistas panorámicas del Val di Sieve y el Valle Santa.
Por último, Chiusi della Verna, con su Santuario: pocos lugares conservan tan bien la energía de Francisco y la sencillez y belleza de su mensaje, que trasciende todas las creencias religiosas y aliviana el cuerpo y el alma.