El viaje comienza en la meseta de Aubrac, con sus volcanes inactivos y sus exuberantes colinas verdes, y conduce a Conques, uno de los pueblos más bellos de Francia, una aldea medieval rodeada de bosques y montañas.
Entre medias, descubrirá la campiña francesa y las maravillas de la ruta de peregrinación: la torre octogonal de Nasbinals, el Puente de los Peregrinos de Saint Chely, Patrimonio Mundial de la UNESCO, Espalion -que recuerda a Brujas- y la iglesia de Saint Fleuret en Estaing.